Nuestro Escudo

El  escudo de la Eparquia  combina simbolismo teológico, espiritual y cultural, alineado con la identidad de la Eparquía de Costa Rica. Aquí le explicamos cada uno de sus elementos:


Forma general del escudo:

  • Escudo tripartito de base redondeada, clásica en la heráldica eclesiástica.

  • Enmarca una síntesis armónica entre paisaje natural, símbolos teológicos y pureza espiritual.

 

Cuartel superior izquierdo: Sol sobre montañas y mar

  • Representa la geografía costarricense, bañada por dos océanos y enmarcada por cordilleras.

  • El sol naciente es símbolo de Cristo, "sol de justicia" (Malaquías 4:2), que ilumina y renueva.

  • Expresa también el dinamismo misionero de la Eparquía, que irradia luz desde su contexto natural.


Cuartel superior derecho: Cruz bizantina

  • La cruz ortodoxa decorada representa la fe apostólica de la Eparquía y su filiación a la tradición ortodoxa oriental.

  • Enmarca la identidad eclesial, teológicamente enraizada en los Padres y Concilios.

  • Color rojo y dorado: Pasión redentora y gloria del Resucitado.


Parte inferior: Libro abierto y paloma

  • El libro abierto simboliza la Sagrada Escritura y la doctrina revelada.

  • La paloma descendente representa al Espíritu Santo, guía de la Iglesia, presente en la proclamación de la Palabra y en los sacramentos.

  • Juntos, indican que la Eparquía se sostiene sobre la Palabra viva y la acción del Espíritu.


Lirios blancos rodeando el escudo

  • Los lirios evocan la pureza de la Virgen María, protectora y modelo de la Iglesia.

  • Representan también la pureza espiritual del camino hesicasta, el silencio interior, la castidad y la contemplación.


Lema: FIDE ET SILENTIO

  • Traducción: "Por la fe y el silencio".

  • Es una síntesis del carisma: fe firme en la tradición apostólica y silencio interior como camino de encuentro con Dios (cf. Isaías 30:15).

  • Vincula la espiritualidad hesicasta con la vida activa del creyente.


Color del fondo y estilo

  • El fondo tipo pergamino antiguo transmite arraigo histórico y sagrado, remitiendo a los manuscritos eclesiales.


El estilo pictórico clásico combina solemnidad, belleza e identidad visual coherente con una eparquía ortodoxa contemporánea.